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Las enfermedades reumáticas son patologías crónicas, que se producen cuando el sistema inmunológico identifica erróneamente a las células propias como patógenos externos infecciosos y desarrolla mecanismos encaminados a eliminarlas. Suelen ser de larga duración y progresión lenta, continua o de curso variable, existiendo más de 250 tipos. Huesos, músculos y articulaciones, así como a los tejidos que los rodean, están afectados y pueden ocasionar dolor, inflamación, rigidez, limitación de movimiento y deformidad.
Es muy importante un diagnóstico precoz para reducir notablemente la aparición y evolución de todos sus síntomas.
Suele ocuarrir que el tiempo que transcurre desde que la persona empieza a tener los primeros síntomas hasta que se acierta con el diagnóstico es en muchos casos demasiado largo. La tardanza entre la primera visita en atención primaria y la derivación al especialista es en un porcentaje altísimo el principal problema.
El tratamiento precoz es esencial, debido a que el proceso destructivo articular en muchos casos comienza muy pronto, en las primeras semanas o meses, y la actividad inflamatoria mantenida en el tiempo es responsable de todas las consecuencias de la enfermedad.
Aunque el deterioro radiológico y funcional progresa lentamente durante todo el curso de la enfermedad, se ha comprobado que la máxima velocidad de desarrollo de las lesiones estructurales ocurre durante los primeros 3 o 4 años, por lo que es importante el abordaje precoz de la enfermedad, ya que el desenlace ha mejorado considerablemente debido tanto a que se dispone de nuevos fármacos como al desarrollo de estrategias terapéuticas más eficaces, rehabilitación física más centrada en cada patología, la combinación de fármaco o el control de la enfermedad por parte del paciente.
La primera de ellas es la que sigue inmediatamente tras el diagnóstico. La persona afectada se llena de dudas y miedos por la falta de información que rodea a este tipo de patologías. En este momento es cuando más necesitan de nuestro apoyo y de la seguridad que le podemos aportar desde la Liga Reumatolóxica Galega, con el fin de que puedan comenzar lo antes posible a levantar el ánimo y encauzar el tratamiento y rehabilitación de forma positiva y comenzando a controlar a la enfermedad.
La segunda etapa que podemos describir es la de estabilización de la efermedad y el camino a encontrar el tratamiento que mejor le pueda ayudar y mejorar los síntomas. Por lo general, las dosis o tipo de tratamiento va variando hasta poder encontrar aquel que es más efectivo. Debido a los cambios y variaciones en la medicación, suelen existir en esta etapa más altibajos, etapas de brote cuando se cambia de medicación o cuando suele empezar a ya no ser efectivo mientras se comienza con el otro, por ello es muy importante (en esta y en todas las etapas) el apoyo constante de los familiares y amigos.
La tercera etapa en las enfermedades reumáticas sería la estabilización de la enfermedad, cuando la persona afectada tiene control sobre ella, reconoce sus síntomas en caso de brote y puede prevenir situaciones de empeoramiento. Aquí la persona se convierte en un paciente experto de su propia enfermedad.
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